Hace un par de semanas, Serpentine Pavillion 2014 abrió sus puertas en el Hyde Park de Londres. El programa del pabellón invita a arquitectos que aún no han trabajado en el Reino Unido, a crear una instalación temporal en los terrenos de la galería, duramte el verano, y este año ha sido el turno del arquitecto chileno Smiljan Radic, que rara vez construye fuera de su país natal y que posiblemente es el arquitecto más desconocido en participar en sus 14 años de historia.
Como punto destacado en el calendario arquitectónico de Londres, los críticos se alinean para escribir sus reseñas. Este año, son casi en su totalidad unánimes: el pabellón de Radic es, sin duda, extraño. Pero también son unánimes en otro juicio: puede ser uno de los mejores pabellones expuestos hasta hoy.
La opinión de los críticos sobre el diseño de este año, después del salto.
“Espectacularmente descabellado”
Escribiendo para The Telegraph, Ellis Woodman relata cómo, junto al pabellón de Sou Fujimoto del 2013, el programa ha tenido un renacimiento en los últimos años, después de luchar con estrellas internacionales que tal vez estaban demasiado ocupadas para prestarle toda su atención al pabellón.
Y llena de elogios al extraño edificio de Radic:
“Entregando la impresión de pertenecer, a la vez, a un mundo de ciencia ficción y a un pasado primitivo, el pabellón bien podría servir como set de una película post-apocalíptica. Sin embargo, se ve en el ambiente bucólico de los jardines de Kensington, que también invita a la asociación con el uso de las ruinas y grutas de los jardines ingleses del siglo XVIII. Si ninguna de estas lecturas es la dominante, es en beneficio del diseño. Lo más cautivador del peculiar y heroico pabellón de Radic es que parece no pertenecer a ningún período de tiempo”
"Realmente es muy extraño"
Edwin Heathcote, escribe para el Financial Times: “El interior es curioso. Entre una yurta, un Portaloo, una marquesina y una linterna de papel, es un híbrido muy extraño con un efecto más bien calmante. El agujero en el centro se convierte en un núcleo sólido que entrega la sensación de estar dentro de un gran neumático translúcido, lo que da como resultado algo realmente bueno”.
Cuando se trata de discutir el concepto de Radic detrás del pabellón, que incluyó la inspiración del cuento de Oscar Wilde “El gigante egoísta”, Heathcote dice: “Francamente, yo no lo veo, pero está bien”.
Cuando se trata de discutir el concepto de Radic detrás del pabellón, que incluyó la inspiración del cuento de Oscar Wilde “El gigante egoísta”, Heathcote dice: "Francamente, yo realmente no lo veo, pero eso está bien".
"La estructura más extraña hasta ahora"
Oliver Wainwright de The Guardian, continúa con el desfile de apreciaciones de la rareza, centrándose en cómo el pabellón (y la arquitectura de Radic en general) “se revela en yuxtaposiciones de materiales, contrastando el poder geológico con la delicadeza de las cosas que se sienten como tejidas o cultivadas”:
“Es irregular y untuosa, una textura compensada por finos cables de acero que cuelgan de un carril de iluminación en zigzag a través del espacio, y una ventana angular, cortada de forma precisa para capturar vlas vistas al lago. Es un montaje cuidadoso de cosas que son a su vez andrajosas y refinadas, contrastando lo tosco con una suavidad pulida”.
"Caprichosa y enigmática"
Escribiendo para BD Online, Ike Ijeh confirma el comentario de Wainwright sobre las yuxtaposiciones del diseño:
“Su pabellón está cargado de todo tipo de tensiones similares dinámicas. Opacidad versus transparencia, solidez versus ligereza, fortaleza versus fragilidad y un interior versus un exterior, son sólo algunas de las preocupaciones abordadas en la comisión de este año… el más intrigante de estos enfrentamientos se centra en una idea arquitectónica mucho más tradicional, el ‘folly’”.
Con ese término se refiere a la cáscara de fibra de vidrio, la cual fue diseñada para replicar la apariencia del papel maché, comentando que el pabellón es “en cada pulgada un modelo arquitectónico a escala mayor”, llegando a la conclusión de que la estructura es, hasta el momento, “uno de los ejemplos más místicos de un programa arquitectónico”.
"Una idea que mira hacia adelante y hacia atrás"
En el London Evening Standard, Robert Bevan admira el matrimonio del pabellón entre un “monumento neolítico” con “algo vagamente alienígeno y futurista”, comentando que la arquitectura de Radic es “una aproximación más lúdica e infantil a la construcción, de la que la mayoría de los arquitectos se permitirá”.
Entregando una especie una sugerencia, dice:
“El pabellón de Radic funcionaría un poco mejor si se le permitiera a la naturaleza seguir su curso y el césped alrededor del pabellón pudiese crecer como un prado salvaje, como lo hace en otras áreas del parque, en lugar de ser cortado.”
Pero en última instancia, él ve el pabellón como un éxito, alabando la elección realizada por los curadores de Serpentine, Julia Peyton-Jones y Hans Ulrich Obrist:
“Tienden a ser los pabellones más abstractos, los que funcionan mejor, los que constituyen una respuesta adaptada al lugar y al entorno natural en lugar de versiones en miniatura del estilo habitual de un arquitecto. Esto hace de Radic una excelente elección.”